2007: La Semana Santa del cambio

La Semana Santa de Jerez, como en toda Andalucía, ha experimentado una constante y progresiva evolución, produciéndose un repunte a principios del siglo XXI. Los primeros años del nuevo milenio trajeron consigo grandes cambios en la Semana Mayor y, muy especialmente, en el año 2007. La Cuaresma comenzaría el 21 de febrero, llegando el Domingo de Ramos un tardío 1 de abril. Muchas cosas han cambiado en una década que nos ha dejado momentos para el recuerdo, tanto en la Semana Santa como en días extraordinarios para las cofradías jerezanas.


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Repasaremos a continuación la Cuaresma y la Semana Santa de 2007, hace justo una década, buceando en la hemeroteca del diario Viva Jerez.

Una Cuaresma de impaciencias

El 21 de febrero de 2007 se iniciaba el tiempo de la conversión con signos muy similares a los actuales. La imposición de la ceniza daría paso a los besamanos y besapiés de la jornada. Así, el Señor de la Vía Crucis -la hermandad de las Cinco Llagas viviría un año ciertamente especial-, el busto del Ecce Homo en San Pedro, el Cristo de la Salud en San Lucas, el Señor de la Mortaja en Capuchinos y el Señor de los Trabajos en la Iglesia de la Victoria mantuvieron las trazas propias de esta clásica jornada de Miércoles de Ceniza que albergó cientos de actos en las cofradías jerezanas.

El Consejo Directivo de la Unión de Hermandades que presidía Manuel Muñoz Natera, actual hermano mayor de la Sagrada Cena, designó para el Vía Crucis de la Unión de Hermandades al Señor de la Vía Crucis de la hermandad de las Cinco Llagas, que acudió a la Santa Iglesia Catedral para este piadoso acto. Asimismo, el mismo Consejo designó a Andrés Cañadas Salguero como pregonero de la Semana Santa de ese año, generando gran expectación al ser un reconocido periodista en la radio y la televisión públicas de la ciudad.

[infobox maintitle=”El Santo Crucifijo de la Salud ilustró el cartel en una sublime pintura de José Manuel Reyes” subtitle=”” bg=”gray” color=”black” opacity=”off” space=”30″ link=”no link”]

Durante la Cuaresma se dieron citas verdaderamente interesantes, como aquella reedición de las Misiones, de las que se cumplían las bodas de oro. El Cristo volvía 50 años después a la parroquia de San Rafael, convirtiéndose en un verdadero acontecimiento. A los cofrades de San Rafael, constituidos en agrupación parroquial por aquel entonces, se les sumaron los vecinos de “La Hoyanca”, que recibieron al Crucificado de Vasallo con colgaduras y petaladas. Era primer domingo de Cuaresma y en la periferia de Jerez se vivían las vísperas más especiales.

El Cristo entrando en San Rafael / Viva Jerez

Eran tiempos de cambios y en la Hermandad del Prendimiento no tenían más remedio que atenerse a ellos. Tras haber sido acogidos en la Basílica de Nuestra Señora de la Merced, los cofrades del Miércoles Santo abandonaron el templo patronal de nuestra ciudad, fijando el Asilo de San José como sede provisional ante el estado ruinoso de la iglesia de Santiago.

Traslado de la Hermandad del Prendimiento desde la Merced al Asilo de San José / Viva Jerez

Por su parte, el pregón que Cañadas Salguero ofreció en Villamarta no dejó a nadie indiferente. Sin duda uno de los mejores cantos a la Semana Santa de las últimas décadas que será recordado por aquella petición expresa al entonces obispo de Asidonia-Jerez, Monseñor Juan del Río, al que solicitó la Coronación Canónica de la Esperanza de la Yedra. Así se llegaba a un final de la Cuaresma que daría paso a la Semana Santa del cambio.

[infobox maintitle=”Año de restauraciones” subtitle=”El Señor del Consuelo, el Señor de la Vía Crucis y la Esperanza de la Yedra regresaron tras el proceso de restauración al que se sometieron” bg=”gray” color=”black” opacity=”off” space=”30″ link=”no link”]

La Semana Santa del cambio

La Semana Santa de 2007 marca un antes y un después en tanto a los cambios que se produjeron en las cofradías jerezanas, que conformaron una Semana Mayor que se recuerda aún por la reestructuración de hasta cinco jornadas y una nueva Carrera Oficial.

Los hermanos mayores de las cofradías jerezanas decidieron mayoritariamente (31 votos a favor, 3 en contra y 3 abstenciones) la remodelación del trazado por el que las cofradías llegarían hasta la Catedral. La Carrera Oficial presentaba importantes estrenos, ya que se cambió el paso que las cofradías realizaban por Consistorio, Plaza de la Asunción, José Luis Díez, Santa Isabel y Visitación por el nuevo de Plaza del Arenal, Plaza Monti y Manuel María González, para entrar en la Catedral por la puerta de la Encarnación.

Al Domingo de Ramos se incorporaba una hermandad que, en constante búsqueda de su sitio en la Semana Santa, felizmente lo encontró a partir de ese año. El Perdón hacía estación de penitencia a la Catedral en dicha jornada “afrontando el cambio con ilusión, pero no somos una hermandad nueva”, aseguraba su hermano mayor Manuel Salado. Tras quince años en la Madrugada, los cofrades de la Ermita de Guía sucederían a la Borriquita, siendo la primera cofradía en la calle de cada Semana Santa. Diez años más tarde, la corporación ha crecido exponencialmente en hermanos y nazarenos y ha experimentado un cambio en lo estético que, si bien no es muy grande, se ha percibido como una lógica evolución de la cofradía.


No obstante, en las vísperas comenzaba a vislumbrarse la Semana Santa del futuro, que hoy en día disfrutamos. La Hermandad de la Paz, cuyo titular procesionaba en la jornada del Sábado de Pasión en el paso de la Virgen de Fátima, escogía su túnica para las estaciones de penitencia venideras. Hasta entonces, harían lo propio en el Convento de Capuchinos, aguardando la llamada que les conduciría a la Santa Iglesia Catedral.


El Consejo tenía un gran objetivo: que las cofradías volvieran a sus templos antes. Por aquél entonces se hablaba de evitar “las gamberradas” a las recogidas y se consumaba una nueva disposición de la Semana Santa, con la hermandad del Perdón abandonando la Noche de Jesús y con la incorporación de tres nuevas cofradías a la Semana Santa. Tanto el Soberano Poder como el Consuelo y la Redención estaban a las puertas de formalizar un sueño de muchos años atrás. Cada corporación había superado numerosas vicisitudes pero, finalmente, el 2007 sería el año de su llegada a la Carrera Oficial, que comenzaba en la Alameda de Cristina y que discurría por la plaza del Arenal.

En el Soberano Poder se aguardaba con emoción y con la seguridad de superar el reto que tenían por delante. Esperaban 12 horas de camino para terminar volviendo al barrio de La Granja, culminándose así la estación de penitencia más larga de la Semana Santa de Jerez: a las dos menos veinte minutos la cruz de guía tocaba el suelo de una barriada que cada día se vuelca más con esta joven cofradía. Así lo refrendaba su hermano mayor, Iván Cote, que aseguraba que “salir es un acto de valentía”. Las crónicas hablaban de “jornada histórica”, a la que también contribuyó la Hermandad del Consuelo. Su hermano mayor por entonces, Mateo López, aseguraba que el sueño de la cofradía no era llegar a la carrera oficial, sino que la Virgen del Consuelo tuviera “presencia en el barrio, que la cofradía tenga su sede en El Pelirón. Esa es nuestra mayor ilusión”. La dolorosa procesionaría en el que ahora es el paso del Señor del Amparo, esperando su ansiado paso de palio.


La jornada cumplió sus expectativas, no sin incertidumbre. El riesgo de precipitaciones crecía durante la tarde, aunque finalmente las lluvias no impidieron que el Miércoles Santo rompiera las fronteras conocidas de la Semana Santa de Jerez. De nuevo una jornada con seis cofradías, tras el cambio del Perdón al Domingo de Ramos que dejó a la Noche de Jesús con cinco.

El jueves arrancaría por Icovesa de la mano de una nueva hermandad. La Redención Salesiana, con su particular estilo, recorría las calles de su barrio para terminar entrando en Carrera Oficial tras años esperando su turno para llegar hasta la Catedral. Ese mismo año eran los encargados de llevar la imagen del Señor de la Redención en Vía Crucis a Santa Ana en el acto piadoso que organizaba dicha parroquia. Con unos inicios alejados de las hermandades juveniles, la corporación llegaba al Jueves Santo, jornada con algunas de las cofradías más antiguas de nuestra Semana Santa. 


Abrieron la jornada, en la que históricamente la hermandad de la Vera Cruz era la corporación que inauguraba el Día del Amor Fraterno. Por su parte, la Hermandad del Mayor Dolor tendría que realizar su salida procesional desde la Santa Iglesia Catedral con motivo de las obras en su templo de San Dionisio.

[infobox maintitle=”Santiago, San Miguel y San Dionisio, templos en restauración en 2007″ subtitle=”” bg=”gray” color=”black” opacity=”off” space=”30″ link=”no link”]

En la Noche de Jesús, el Santo Crucifijo de la Salud, que procesionaba desde la iglesia de San Miguel en plena restauración, abriría la jornada, que experimentó cambios en el orden de paso. A la corporación de San Miguel le sucedieron la Buena Muerte -que saldría desde su casa de hermandad-, las Cinco Llagas, el Nazareno y, por último, la Yedra.

Para acabar, un final poco habitual. La Hermandad de la Piedad no cerraría la Semana Santa, sino la Hermandad de Loreto. La cofradía de San Pedro sucedería a la cofradía del Calvario, creando así una escenificación casi perfecta de la muerte de Cristo: Exaltación, Expiración, Descendimiento, Santo Entierro y la Virgen de Loreto en su Soledad.

Una Semana Santa en plena ebullición de cambios. Nuevas hermandades a las que se le sumarían otras en la década posterior, nueva Carrera Oficial que no sería -ni mucho menos- definitiva, crecimiento exponencial en el número de nazarenos desde el año 2009 (año en el que se comienza a tener datos) y un largo etcértera que nos indicaban que con la Clemencia todo cambió y que, en 2007, se produjo la evidente transformación.

📷 Aquel 2007, en fotos

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2 comentarios
  1. “Era la primera vez que procesionarían seis cofradías en una misma jornada”. Dato erróneo ya que hasta ese mismo año habían sido seis las cofradías que hacían acto de presencia en la Noche de Jesús.

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