Saber estar

Lunes, hasta aquí todo correcto.

Segundo lunes de Cuaresma, seguimos en lo cierto.

Que pasan los días y cada vez estamos más cerca de ver la primera última pareja de ciriales… la verdad más verdadera de las últimas tres frases.

Déjame que te cuente una pamplina que me ocurrió, o no, quién sabe, en la zona noble de un despacho de vinos; a poco más de un metro del grifo del amontillao a granel. Pues eso, que mientras dudaba si llevarme un litro o dos (al final siempre me llevo dos, dos botellas de dos litros quiero decir) alguien dijo: “Lo importante en esta vida es saber estar”

Y me hizo pensar…

Lo verdaderamente importante en esta vida es saber estar, con quien estés y donde estés es lo de menos, me explico: mejor saber estar en la barra de un tabanco con personas sencillas que hacer el ridículo intentando aparentar lo que uno jamás será.

Los cofrades cuando mejor sabemos estar es cuando estamos con nuestra pareja: la acompañamos, la observamos, la echamos en falta, la esperamos si su andar por el paso de los años se hace más tedioso, imitamos sus gestos y hasta que ella no llega no llegamos nosotros…me refiero a nuestra pareja de tramo claro, que es la persona más importante en nuestra vida durante unas horas.

Un costalero donde mejor sabe estar, o debería, es cuando los kilos le caen en la conciencia al igual que le caen los suspiros y rezos a los que ellos llevan arriba…el saber estar del costalero: swing y compás para que los Vecinos recojan las plegarias de su barrio.

En una estación de penitencia quienes se llevan la palma son los niños: un niño es capaz de preguntarte diez millones de veces en un trayecto de 300 metros“¿cuándo vamos a llegar?”  y luego saben estar perfectamente portando su cirio en un recorrido de 10 horas…ellos con sus capirotes y su saber estar son un ejemplo vivo de que la fe se puede demostrar hasta haciendo ruido con una varita de metal.

Bulla de entrada y de salida: aquí mandan las abuelas. Una abuela en una bulla es capaz de llevar siete conversaciones para delante y sin saber como llevar también el número de tramos que van…que a ninguna abuela se le ha pasado jamás ver a su nieto cuando éste hace ruido con su varita para llamar la atención de la madre de su madre.

¡SONRÍE! Pasarán los años pero nadie te quitará esas infinitas ganas de seguir haciendo ruido con tu varita para que sepan los que se fueron que seguimos sabiendo estar donde ellos nos dejaron…que no hay nada más bonito que el saber estar en nuestro pecho de los recuerdos con olor a incienso.

¡FELIZ LUNES. FELIZ SEMANA. FELIZ CUARESMA!

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