El Señor del Consuelo protagonizó un entrañable Vía Crucis que se quedará guardado en las retinas de los cofrades de Jerez y de la Hermandad del Transporte. Un acto piadoso englobado dentro del 800 aniversario de la Orden Mercedaria y que nos dejó multitud de detalles que hizo más extraordinaria aún esta jornada.
La variedad de acompañamientos musicales que tuvo el Señor del Consuelo culminó con la comparecencia de la Agrupación Musical San Juan, que puso magníficamente sus sones a lo largo de la calle Merced. Estos músicos se incorporaron inmediatamente después de que la comitiva saliera de la Iglesia de Santiago, donde el titular de la corporación del Domingo de Ramos se encontró con los titulares de la Hermandad Sacramental de Santiago, con los de la Hermandad del Prendimiento -saeta de Joaquín el Zambo incluída- y con los de la Hermandad de la Buena Muerte que, al estar esta corporación celebrando su Solemne Quinario, se encontraban en el altar de cultos instalado en el presbiterio.
El Vía-Crucis se desarrolló dentro de los cánones tradicionales, con prácticamente todas las estaciones en la calle bajo la responsabilidad de las diferentes hermandades que guardan relaciones fraternales con la cofradía de la Merced.
Catorce azulejos señalaban el punto donde se realizaba el rezo al que llegaba la imagen de Jesús del Consuelo en el paso de la patrona de la ciudad. Un paso que presentaba una imagen muy distinta a la que estamos acostumbrados con unos faldones en tonos burdeos, con una peana en la que se encontraba la imagen y escoltado por los cuatro candelabros de guardabrisas que luce el Domingo de Ramos.
Al final, la plegaria al Señor del Consuelo -a cargo de Lidia Hernández- se hizo presente en las inmediaciones de la Basílica instantes antes de que el Señor entrase para poner punto final a una jornada histórica para los cofrades, la ciudad y para los mercedarios.
Fotografías: Javier Romero Díaz