Las tan traídas redes sociales y los mentideros cofrades barruntaban guerrilla en las inmediaciones de Curtidores. Sin embargo, la rumorología y el fango tuitero, con su habitual tono beligerante, erraron en esta ocasión y el Pleno Extraordinario para ensalzar la reputación de la Unión de Hermandades bien podría resumirse en un relato de ratificación pastoral y un redundante debate, que parece atisbar buenas intenciones.
No en balde, la convocatoria dio inicio con la intervención del asistente eclesiástico del consejo, D. José Manuel Sánchez-Romero Martín-Arroyo, quien transmitió el respaldo del obispo diocesano, D. José Mazuelos Pérez, al equipo directivo del ente que rige el devenir de unas corporaciones jerezanas a las que ha pedido que hagan propósito de enmienda y que tomen las riendas del entendimiento a fin de que la convulsa situación que viven se acabe de inmediato. Del mismo modo, el presbítero manifestó que el prelado no se ha sentido ofendido en ningún momento por los mensajes filtrados en los que dos hermanos mayores pusieron en entredicho su autoridad.
Comoquiera que esta intervención se convirtió en el inapelable epicentro de esta asamblea, los subsiguientes puntos del orden del día desembocaron en una dialéctica menos ruidosa y con voluntad de acuerdo, pero igualmente ambivalente y enrocada. Así pues, ésta estribó en los diversos frentes mediáticos que, según varios dirigentes, han amenazado la unidad y el prestigio de una institución calumniada, en muchos casos, a través de los diferentes medios de comunicación, a los que responsabilizaron de esta crisis.
Un trance que, a tenor de lo vivido ayer, se ha suavizado por el ánimo de conciliación que brotó entre la concurrencia; razón por la cual finalmente no fue necesaria una votación de la proclama de apoyo a la UHH y en base a la que se selló la paz mediante una foto de familia, que se verá si es bien avenida en próximas fechas.
