La relevancia de la musica procesional jerezana tiene su origen en la figura de Germán Álvarez Beigbeder. Su irrupción fue un punto de inflexión en este ámbito y, desde entonces, numerosos compositores han tenido la oportunidad de seguir su estela.
Uno de ellos fue Francisco Orellana, quien tomó las riendas de la banda municipal en 1985 y consiguió legar un importante repertorio inspirado en la mayoría de las cofradías de la ciudad.
Por ende, tras una brillante carrera que concluyó de manera formal en 2012, anoche – en el transcurso del vigésimo primer programa de ‘La Levantá’ en LaFM– conversamos con este artista y académico de la de San Dionisio, cuya vida no se entiende sin la presencia de la música.
