La Hermandad Sacramental de Santiago volvió a llenar de solemnidad las calles de su feligresía durante la celebración del piadoso ejercicio del Vía Crucis que presidió el Santísimo Cristo de las Almas.
A las nueve en punto de la noche se abrieron las puertas del gótico templo y los hermanos de la Sacramental iniciaban por segundo año consecutivo en la jornada del segundo sábado de Cuaresma -anteriormente lo celebraban el Miércoles de Ceniza- un Vía Crucis donde la oración y el recogimiento se hicieron patentes durante las dos horas que duró el piadoso acto.
La imagen del Santísimo Cristo de las Almas procesionó en el paso que perteneció a la Hermandad de Loreto y que adquirió la Hermandad Sacramental de Santiago hace unos años, aunque con las novedades del estreno de las trabajaderas, del moldurón y de la adaptación de faldones. Un año más, la cuadrilla de Martín Gómez Moreno fue la encargada de portar al crucificado atribuido al imaginero sevillano Diego Roldán Serrallonga. El acompañamiento musical corrió a cargo del Trío de Capilla ‘Kyrie Eleison’.
Cabe destacar el paso de la comitiva por la collación de San Juan de los Caballeros -donde las hermandades del Amor y de la Vera-Cruz recibieron a los cofrades de la Sacramental bajo una espesa niebla- y el rezo de la última estación en la capilla donde las imágenes titulares de la Hermandad de la Buena Muerte se encontraban expuestas para la ceremonia de besamanos y besapiés de la jornada de hoy.