El equipo de Mayordomía y Priostía de la Hermandad del Prendimiento se encuentra inmerso en la preparación de todos los detalles que podrán observarse el sábado en la procesión extraordinaria de la cofradía de Santiago con motivo del 125 aniversario del restablecimiento de sus reglas.
Un acontecimiento para el cual, como es conocido, la corporación tratará de evocar la estética de la misma en la época de dicha restitución, alejándose asimismo de la usual impronta artística que la caracteriza cada Miércoles Santo.
Por ello, ha recuperado para la ocasión el paso en el que procesionaba otrora la imagen atribuida a Camacho de Mendoza -andas pertenecientes en la actualidad a la Hermandad del Dulce Nombre de Arcos de la Frontera– y las antiguas caídas del palio de María Stma. del Desamparo, que si bien llegaron a nuestra ciudad en el siglo XX, forman parte de la historia de la cofradía.
Dichas bambalinas, repujadas en metal y plateadas por Eduardo Seco Imberg, fueron realizadas para la dolorosa de la sevillana Hermandad de las Penas de San Vicente y a día de hoy forman parte del patrimonio de La Sagrada Cena.
No obstante, a todas las piezas antes mencionadas, hay que añadir otra de especial valía que desfilará por las calles el 6 de julio venidero y que ya se puede contemplar en el interior del templo del barrio extramuros: El manto burdeos de la hispalense Virgen de las Angustias, bordado en el taller de Fernández y Enríquez y donado por la Duquesa de Alba – Cayetana Fitz-James Stuart- a la citada titular de su Hermandad de los Gitanos.
