Tras ser declarados nulos los comicios que se celebraron el pasado 22 de febrero, los hermanos de El Prendimiento están citados mañana para elegir a la junta de gobierno que tomará el relevo de la de José Lázaro Álvarez Chacón.
Una de las personas que optará a presidirla es Abraham Soto Arjona -que obtuvo el 44,76% de los votos hace seis meses-, miembro de la corporación desde hace cuarenta años, quien expuso a través de las redes sociales el programa que trataría de desarrollar si se convirtiera en el máximo dirigente de la del Miércoles Santo.
En el mismo plantea la colaboración con el barrio de la mano de la Plataforma Pro-Santiago a fin de recuperar el esplendor de este mediante el fomento de diversas iniciativas, tales como una acción social continua y proactiva.
En el ámbito patrimonial, llama la atención la pretensión de esta candidatura de proponer, en primera instancia, una reestructuración del actual paso de misterio, que tiene diversos problemas en su interior, o incluso la posibilidad de un nuevo diseño para dichas andas. De igual modo, es intención de Soto trabajar con el objeto de buscar recursos para la conservación del patrimonio, que ya está cristalizando en la restauración del palio de María Stma. del Desamparo.
Además, aspira a instaurar la cofradía como punto de encuentro, integración, convivencia y fraternidad entre todos sus miembros, con especial hincapié en los jóvenes, para los que sugiere la recuperación de la procesión de San Pedro.
Por último, en caso de obtener el respaldo del cabildo proyectará la creación de una bolsa de voluntarios, la elaboración del código de régimen interno, la gestión de los bienes de la hermandad para conseguir ingresos, la institución de un órgano consultivo y la adaptación a las nuevas tecnologías.
Entrevista de Francisco C. Aleu a Abraham Soto Arjona
¿Qué le animó a dar el paso de presentar su candidatura?
– Es una ilusión que tengo desde niño, porque soy de la Hermandad del Prendimiento desde que nací y por la gracia de Dios. He tenido la suerte de tener a mi padre siempre a mi lado y es lo que he vivido en casa. De hecho empecé a andar por los adoquines de Santiago. Doy este paso con actitud de servicio a la hermandad y a la Iglesia.
La hermandad viene de un año complicado, con el nombramiento de un comisario y unas elecciones en las que ningún candidato obtuvo la mayoría absoluta. ¿En qué medida han afectado a la corporación todos estos acontecimientos?
– Es cierto que por desgracia se han unido varios factores, además nos encontramos en una situación totalmente atípica como consecuencia del Covid y al carecer de un órgano bien definido de dirección no se han podido promover actividades normales en la hermandad. Estoy con ganas de que esto salga para adelante más pronto que tarde.
¿Cree que la elección de una nueva junta de gobierno va a permitir el inicio de una nueva etapa en la que al menos se recupere la normalidad?
– Alcanzar ahora la normalidad plena va a ser complicado porque deben tenerse en cuenta factores ajenos a nuestra voluntad, como ese de la pandemia al que hacía referencia. La hermandad necesita una evolución, como en todos los periodos de la historia, siendo conscientes del tiempo que nos toca vivir.
¿Cree posible la reconciliación de todos los sectores de la hermandad?
– La creo posible y la considero necesaria. Aquí no cabe otra consigna. Debemos hacer hermandad con mayúsculas. Esa es la obligación de todos los hermanos y en este caso los candidatos debemos ser puentes de unión, de integración y de convivencia, fieles testigos de la Fe e instrumentos de evangelización.
¿Qué objetivos se ha marcado?
– El primero es dotar a la hermandad de bases sólidas y fuertes que permitan ser un principio de integración. Además, la cofradía tiene que implicarse en la recuperación de nuestro barrio y nuestro entorno. Hay que ir de la mano de Cáritas, colaborar con la plataforma pro Santiago, ayudar a los más necesitados… Además, somos custodios de un patrimonio artístico que hay que conservar. Uno de los objetivos pasa también por activar una bolsa de caridad y voluntariado, con el asesoramiento de un grupo consultivo de asesores al que se sumen los antiguos hermanos mayores.
Desde el punto de vista material…
– A corto plazo tendremos que presentar los trabajos de bordado que ha hecho Jesús Rosado, que ya están aquí. A partir de ahí tenemos que conseguir ingresos para culminar la restauración del paso de palio y también hay que intervenir en la reestructuración interna del paso de misterio, porque el tiempo va haciendo mella. Queremos poner en marcha un taller de costura para confeccionar túnicas para el cortejo de nazarenos y restaurar a la imagen de San Pedro.
¿Plantea algún tipo de cambios en los horarios e itinerarios de la cofradía de cara a la jornada del Miércoles Santo?
– Somos conscientes del sitio en el que estamos y de que el barrio es santo y seña de la hermandad. No puedo prometer cambios de horarios e itinerarios hasta que la junta los acuerdo, pero vamos a ser receptivos a la opinión de los hermanos. Queremos escuchar al costalero y al hermano de fila.
¿Cuál es el perfil del equipo de personas que integrará su junta de gobierno?
– Se combina la gente joven con otra que tiene más experiencia, pero todos ellos con ilusión y con bastantes años de trabajo en la hermandad.
¿Qué papel debe desempeñar la Hermandad del Prendimiento tanto en la parroquia como en el barrio de Santiago?
– La hermandad es Iglesia y por tanto tiene que ser parte activa y protagonista de la parroquia y estar al servicio de ella, atendiendo a todo lo que nos encomiende nuestro párroco y director espiritual. En cuanto al barrio, queremos colaborar con la plataforma pro Santiago y con Cáritas para que si es posible la hermandad abandere la recuperación humana del barrio que tanto se necesita.
