Tras ser declarados nulos los comicios que se celebraron el pasado 22 de febrero, los hermanos de El Prendimiento están citados mañana para elegir a la junta de gobierno que tomará el relevo de la de José Lázaro Álvarez Chacón.
Una de las personas que optará a presidirla es Francisco Javier Ramírez Cachinero “Cachi” -que obtuvo el 44,76% de los votos hace seis meses-, miembro de la corporación desde los años noventa, quien a principios de 2020 expuso, en un acto que tuvo lugar en las Bodegas Fernández Gao, el programa que trataría de desarrollar si se convirtiera en el máximo dirigente de la del Miércoles Santo.
En el mismo llama a la unión de la cofradía mediante los pilares fundamentales de la cristiandad, apostando de igual modo por una formación basada en el vínculo con la Parroquia de Santiago, así como la potenciación del culto diario a los titulares, de las acciones humanitarias en favor de los más necesitados del barrio y del compromiso para con los jóvenes y los mayores.
En el ámbito patrimonial, propone seguir trabajando en pro de la conservación de los bienes de la hermandad a través de diferentes proyectos de restauración y la elaboración de un inventario perfectamente catalogado.
Por otro lado, Ramírez Cachinero aspira a dotar a las instalaciones de una versatilidad acorde a su aprovechamiento y a la modernización de la tesorería, la secretaría y la comunicación en las redes sociales.
Por último, en caso de conseguir el respaldo del cabildo, proyectará marcar un manual de identidad para la correcta utilización de distintos elementos representativos de la corporación y la creación de un libro de reglas internas.
Entrevista de Francisco C. Aleu a Francisco Javier Ramírez Cachinero
¿Qué le anima a dar el paso de presentar su candidatura?
– Pues surgió de un grupo de hermanos que frecuentamos la hermandad. Pensamos que había que buscar a un candidato entre nosotros y a alguien se le ocurrió sacar mi nombre. Aquello empezó como un simple comentario, pero después se fue fraguando la candidatura. Es cierto que esto da vértigo, da incluso miedo, pero hay que dar el paso y ser valiente.
La hermandad viene de un año complicado, con el nombramiento de un comisario y unas elecciones en las que ningún candidato obtuvo la mayoría absoluta. ¿En qué medida han afectado a la hermandad todos estos acontecimientos?
– Todo esto se ha vivido como algo traumático, porque una situación así no le hace bien a nadie, ni a la hermandad ni a la Iglesia. Luego encima apareció el tema del Covid y se alargó todo el proceso electoral. Lo que ocurrió en el primer cabildo es un reflejo de lo que hay en la hermandad, que no es otra cosa que una fragmentación, aunque las dos candidaturas tenemos unos mismos objetivos. Se trató de consensuar una candidatura, pero no pudo ser.
¿Cree que la elección de una nueva junta de gobierno va a permitir el inicio de una nueva etapa en la que al menos se recupere la normalidad?
– Es difícil porque durante el proceso han pasado cosas muy feas, pero tiene que ser así. Quiero creer que muchas de esas cosas que han ocurrido son son ajenas a los candidatos, pero es cierto que hay muchas personas que hacen comentarios que están fuera de lugar y que dañan. Una vez que salga una candidatura el resto tendrá que asumirlo y seguir trabajando por la hermandad. No nos queda otra, que todos trabajemos unidos aunque no sea fácil.
¿Cree posible la reconciliación de todos los sectores de la hermandad?
– Si tenemos fe y somos cristianos tenemos la obligación de hacerlo. Estamos en la casa de Dios y no cabe otra cosa. Todo esfuerzo tiene que se haga tiene que ir en esa dirección.
¿Qué objetivos se ha marcado?
– Fe, responsabilidad, Iglesia, formación, humildad…, esos son los puntos más importantes del programa. En estos últimos tiempos han faltado humildad y formación y quizá por eso estemos hoy como estamos. La pandemia cambia mucho la percepción de la realidad, así que es difícil pensar ahora en patrimonio porque las personas están antes. Hay que volcarse con las familias que tienen necesidades, problemas… Creo que esa es nuestra obligación, ir de la mano de Cáritas y estar al servicio de los demás.
Pero habrá también alguna inquietud desde el punto de vista material…
– Tenemos los pies en la tierra. Se ha restaurado el paso de palio, pero eso hay que pagarlo, hay que hacer frente a las cuotas de un préstamo y es ahora cuando empieza la faena, porque se ha adquirido un compromiso. Después es cierto que tenemos un rico patrimonio que debemos conservar y un paso de misterio en el que hay que intervenir. A nivel cultural queremos dar más actividad a la hermandad, que creemos debe estar más abierta al pueblo de Jerez. Para eso hay que organizar actividades y dotar de contenido a nuestra sede.
La cofradía en el Miércoles Santo. ¿Plantea algún tipo de cambio en cuanto a horarios, itinerarios…?
– Pensar en un futuro es adelantarse. Estamos centrados en configurar la junta de gobierno y en tener cosas claras. Lo del Miércoles Santo ya se verá. Nosotros somos clásicos y no nos gustan mucho los inventos, porque creo que los inventos están fuera de lugar. Pero lo importante es la hermandad, consolidarla. Lo demás ya llegará.
¿Cuál es el perfil del equipo de personas que integrará su junta de gobierno?
– El perfil es muy variopinto, pero somos todos muy conocidos. Somos gente y familias de toda la vida de la hermandad, del barrio, de la casa… Queremos dar el sitio que merece al grupo joven y para eso tenemos a un chaval que es animador sociocultural. Tenemos que aprovechar ese patrimonio humano.
¿Qué papel debe desempeñar la Hermandad del Prendimiento tanto en la parroquia como en el barrio de Santiago?
– La hermandad tiene mucho tirón popular y eso hay que saber utilizarlo a la hora de convertirla en motor del barrio. En la parroquia hay muchas hermandades y cada una tiene su papel, pero nosotros tenemos mucho potencial y pretendemos realzarlo y darle el valor que tiene. Como te he comentado queremos convertirnos en el motor del barrio.
