El antepenúltimo capítulo de la séptima temporada de ‘El Palermasso’ se recrea en una procesión en la que los capataces cumplen escrupulosamente con las normas preventivas recogidas en un peculiar «manual de seguridad del costalero», parodiando al «Estudio Trabajadera».
Sin embargo, un brote inesperado hace que los costaleros de la segunda trabajadera del paso, entre los que se encuentra el torero Francisco Rivera Ordóñez, tengan que confinarse en el bar. Además, este brote provoca que los capataces, que abrazaron a los costaleros de la mencionada trabajadera, así como los nazarenos y el cuerpo de acólitos e incluso el público que contempla en la calle el paso de la cofradía quieran buscar refugio en el bar.