Hoy se cumplen 100 años del derrumbe de la iglesia de San Agustín

La Hermandad de la Coronación de Espinas publica hoy en su página oficial de Facebook este interesante artículo de Alfonso Martín-Bejarano Ejarque

El 5 de diciembre de 1920 se producía el derrumbe de la bóveda central de la iglesia de San Agustín, sede de la Hermandad de la Coronación de Espinas y de las imágenes de Nuestra Señora del Socorro, hoy titular de la Hermandad de la Viga, Santa Rita de Casia y San Nicolás de Tolentino, todas devociones agustinas.

La antigua imagen de Mª Stma. de la Paz en su Mayor Aflicción en la iglesia de San Agustín

La Hermandad de la Coronación llevaba unos años en clara desorganización, entre otros motivos, a cuenta del estado de ruina que manifestaba la iglesia desde 1913 cuando dejan de celebrarse cultos en ella. Así relata el derrumbe el periódico ‘El Guadalete’ en su primera plana del martes día 7 de diciembre de 1920: “Al amanecer el día del domingo los vecinos de las calles San Agustin y Guarnidos viéronse sorprendidos por un gran ruido que causó en ellos la natural alarma. Era que se había derrumbado una extensa parte de la bóveda del templo de San Agustín, que como se sabe, amenaza ruina desde hace tiempo. Nos informan que el techo desplomado no alcanzó a ninguna imagen, pues éstas se hallan en los sitios laterales de la iglesia y precisamente la parte derruida es la del centro. Afortunadamente no se registraron desgracias personales pues la familia que habitaba en San Agustín hace dos días que había abandonado su morada“.

Ante la situación de peligro de colapso inminente de la estructura portante de la iglesia, el arzobispado de Sevilla decidió trasladar las imágenes y algunos cuadros del retablo mayor a la Colegial para proceder a continuación a la demolición controlada. Allí continúa el cuadro de la Virgen de Guía y las imágenes de Nuestra Señora del Socorro y Santa Rita de Casia. La Hermandad de la Coronación de Espinas pudo encontrar una nueva sede en la entonces alejada capilla de los Desamparados a la que se trasladó en julio de 1924 con una clara misión pastoral que dio amplios frutos durante la siguiente década.

Cabe decir que en esos años del siglo XX la iglesia de la Victoria se encontraba en la misma situación de ruina que San Agustín y que el arzobispado estuvo valorando cuál de ellas restaurar. Sobra decir cuál fue la decisión.

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