Con la imposición de la ceniza, con la que quiere Dios concedernos gracias especiales de conversión, se abría de par en par las puertas de una nueva Cuaresma y llegaron los primeros besamanos y besapiés cuaresmales, donde la Cruz se erigió como eje principal del Miércoles de Ceniza, con el nazareno de la Vía Crucis, el Santo Crucifijo, el Santísimo Cristo de la Salud y el Santísimo Cristo de las Misericordias en ceremonia de besapiés, amén de otras imágenes como el Señor de la Sagrada Mortaja y la Virgen de la Caridad en Capuchinos o el Señor de los Trabajos en la Iglesia de la Victoria.
📷 GALERÍA | Besamanos del Miércoles de Ceniza
El primer Vía Crucis de la Cuaresma, cita asentada en el Miércoles de Ceniza
Santiago volvía a concitar la atención cofradiera varios meses después de su reapertura al culto. La Hermandad Sacramental de Santiago ponía de nuevo a su crucificado, el Cristo de las Almas, en la calles de su feligresía para presidir el rezo del primer Vía Crucis cuaresmal. Con una climatología primaveral, diametralmente opuesta a la del pasado año, las andas que portaban los costaleros comandados por Martín Gómez depositaban al crucificado en las calles del barrio de Santiago recorriendo otras vías que en anteriores ediciones no se habían tomado, como el paso por la capilla del Santísimo Cristo del Amor, en la que los cofrades de la Sacramental fueron recibidos por la imagen del Cautivo, que estaba dispuesto sobre las andas en las que esta noche acudirá en Vía Crucis al templo del Santo Patrón de España.
Tras casi dos horas en las calles de la feligresía, las campanas de Santiago tañían al regreso de la corporación sacramental, que fue acompañada por un número de público aparentemente mayor a anteriores ocasiones, síntoma de asentamiento en una jornada verdaderamente redonda con la presencia de esta imagen.
