La última noche junto al Simpecado

Aún es pronto para hacer balance de la romería del Rocío para los peregrinos jerezanos, más si aún queda la noche más íntima, nostálgica y romántica de cuantas se viven en los días que los peregrinos llevan fuera de sus casas. Es momento para rememorar recuerdos y elevar acciones de gracias convertidas en sevillanas junto a un Simpecado que ya está en Marismillas, aguardando de nuevo llegar a Jerez de la Frontera.

Son momentos de profundo cansancio que se combate aferrándose a los últimos instantes en Doñana, donde los peregrinos se acercan a la carreta del Simpecado para rezar el Rosario y cantar la Salve a la Blanca Paloma. Las sevillanas se suceden, posteriormente, para despedir la noche en el Coto y descansar con el objetivo de embarcar de nuevo en Malandar y, por Bajo de Guía, rezar el Ángelus en la Capilla del Carmen.

La comitiva jerezana ha vivido en el día de hoy uno de los más calurosos de toda la romería, con temperaturas que han superado los 30º y que han vuelto a causar complicaciones en el transitar tanto de peregrinos como de tracción mecánica. Ha sido la tónica habitual de un camino complicado, marcado por unas arenas que han hecho de la peregrinación un arduo paraje que atravesar día tras día.

Ya descansan los peregrinos en la última noche en Doñana. Mañana regresarán a casa para volver a soñar con la Blanca Paloma.

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