Lunes. Bien ahí, por cierto si estás leyendo esto enhorabuena; has sobrevivido al «fresquito» del fin de semana…ya sólo te quedan cuatro meses de temperaturas nivel «9 de la vitroceramica», así que ánimo.
Déjame que te cuente una pamplina que me pasó hace unos días, te pongo en situación: sentado en el patio de un colegio viendo unas actuaciones ensayadas hasta la extenuación cuando escucho al padre del padre de una niña decir: «Mientras menos ensayas las cosas mejor»
Ole, el paisano sabía bien lo que decía: mientras más ensayas las cosas peor suelen salir. El paisano con más calendarios en lo alto que la obra de la Sagrada Familia tenía algo claro: los niños no tienen que ensayar las cosas para hacerlas bien.
A los monaguillos no les hace falta ensayar nada, a los costaleros sí. La diferencia es lógica pura: los costaleros son adultos y necesitan quedar bien… los monaguillos son niños y con poder ver a su a abuela en la acera les basta y les sobra.
Los niños tienen una regalo divino que suple con creces el desconocimiento que tienen de la vida. La inocencia les hace libres. Esa inocencia que por desgracia vamos perdiendo como vuelven los palios a su barrio: «poco a poco».
Volver a un colegio, aunque sólo sea por una horas, es recuperar ese bendito estado del alma que es ser libres. En un colegio se respira «camino por andar», se puede tocar ese «todo lo que está por venir«, se nota el «corre, ríe y vive» …los colegios son paritorios de bocanadas de libertad.
La fiestas de fin de curso no son más que carpetazos a capitulos de inocencia que vamos perdiendo al ver más cerca el portalón de las verdades que es la puerta de un colegio. Y es que el mundo se divide en dos grandes partes, a saber: de la puerta del colegio para fuera y de la puertas del colegio para dentro.
Si un niño te dice «estás gordo» no le des más vueltas: estás gordo. Si un niño te dice «te estás quedando calvo» no le des más vueltas: puedes ir tirando el peine…
¡SONRÍE! Uno jamás deja de ir del todo al colegio. Eternamente por estas fechas tu madre seguirá recogiendo tus notas y sólo si son buenas te regalará un He-man …y es que querido amigo siempre seremos ese niño que ensayaba para la fiesta de fin de curso.
¡VIVAN LOS PATIOS DE COLEGIO CARAMBA!