Que la vida es una partida de ajedrez lo sabemos todos. Intentamos hacer movimientos buscando nuestra propia gloria y siempre estamos sujetos a los movimientos que nos dé Él.
Lunes. No te empieces a quejar de la semana, que te conozco. Lunes, ole ahí, una pena que no sea el Santo, Lunes Santo quiero decir, pero yo con que sea lunes me conformo.
Déjame que te cuente una pamplina que me pasó hace un par de días. Te dibujo la escena: codos a buen recaudo (exacto; apoyados en la barra), amigos de los de verdad (exacto; de los que cuando estás más gordo te lo dicen y punto) y charla de esas que tienes que pedir la venia para poder meter una frase.
Pues eso, que estando en la misma gloria uno de mis secuaces preferidos suelta entre buche y buche de fusible: “Joselito es que la vida es una partida de ajedrez donde siempre juegas con las fichas negras”
Bien ahí. Había dejado claro que jamás empezamos la partida nosotros. Él, mi Vecino, es el que empieza a jugar…y tus movimientos dependerán de los que Él te vaya marcando.
La de planes que hacemos para organizar nuestras vidas creyendo que todo depende de nosotros y en un movimiento magistral de nuestro Vecino todo lo que habíamos planeado se desvanece…bueno en verdad los planes no se desvanecen, en verdad los planes cambian.
Que quieres estudiar una carrera; pues ese año suben la nota de corte. Que te quieres mudar de ciudad, pues ese año conoces al amor de tu vida en el bloque de enfrente. Que no te gustan los Palios de vuelta, pues tu novio es el que toca el bombo en la banda…
Además de verdad, si yo pudiera elegir en quien reencarnarme pediría hacerlo en el que toca el bombo en una banda, bueno mejor en el que toca el bombo no, que tiene pinta de pesar tela, mejor me reencarnaría en el que le lleva el bocadillo al que lleva el bombo…que pechá de Palios de vuelta se tiene que pegar el colega.
¡SONRIE! Que nos cambien los planes no quiere decir que los que tengamos sean menos buenos. Él busca siempre lo mejor para nosotros…y tan es así que si miras a tu alrededor verás que a veces es Él el que mueve tus fichas para que no te equivoques en la vida.
¡VIVAN LOS PECADORES DE LA PRADERA CARAMBA!
