El hedonismo se apodera de las tradiciones

La Cabalgata de los Reyes Magos se adelanta en Jerez al 4 de enero
Javier Romero Díaz

El Ayuntamiento de Jerez, al igual que otros municipios de Andalucía Occidental, ha decidido adelantar la Cabalgata de Reyes Magos a la jornada del sábado día 4 de enero, ante las previsiones meteorológicas que anuncian lluvias para la tarde de la víspera de la Epifanía del Señor.

Los responsables de los municipios que ya han anunciado el adelanto de sus cabalgatas argumentan este cambio de fecha en mantener la ilusión de los niños, ya que la suspensión de las mismas podría crear algún episodio emocionalmente doloroso o angustiante en los más pequeños.

El Ayuntamiento de Jerez anunciaba este jueves el adelanto de la Cabalgata de los Reyes Magos al día 4 de enero

Estas decisiones son afines a las teorías del hedonismo que establecen el placer como fin y fundamento de la vida, evitando cualquier cosa que pueda causar dolor. Sin embargo, dichas determinaciones podrían llevar a la confusión a unos niños que, después de ver a los Reyes Magos en las calles de sus respectivas ciudades, tengan que esperar dos noches para recibir los regalos de Gaspar, Melchor y Baltasar, aunque tampoco sería de extrañar que los recibieran un día antes, visto el actual funcionamiento de la sociedad en la que nos ha tocado vivir.

De hecho, ya hay voces que claman en las redes sociales que “independientemente de cuando sea la Cabalgata, conviene recordar que los Reyes llegan a casa la noche del 5 de enero”.

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1 comentario
  1. Me gusta mucho vuestra web y os respeto pero aquí habéis patinado.

    Pretender que adelantar una cabalgata es un acto de “hedonismo” demuestra una incomprensión absoluta tanto del término como de la realidad. ¿De verdad vamos a comparar el intento de preservar la ilusión y la alegría de los niños con una filosofía que pone el placer personal por encima de todo? Ese argumento es ridículo, por no decir ofensivo. Si proteger la magia de una tradición significa adaptarla para que no quede arruinada por la lluvia, entonces sí, llámalo hedonismo, pero al menos es un hedonismo que tiene como fin la felicidad colectiva, no el egoísmo del purismo absurdo.

    Además, la verdadera ironía aquí es usar el hedonismo como crítica cuando el inmovilismo del argumento no es más que otra forma de placer: el de quienes se sienten moralmente superiores por aferrarse a un calendario. ¿Qué sentido tiene mantener la fecha si la tradición se desmorona bajo la lluvia o, peor aún, se cancela? Eso no es respeto por la cultura, es simple cabezonería disfrazada de principios.

    La verdadera ilusión no está en un día exacto; está en garantizar que los niños puedan vivirla, y cualquier otra postura no es más que un culto al ego disfrazado de defensa de la tradición.

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