Daban las dos y cuarto de la tarde cuando comenzaba la eucaristía de la Hermandad del Rocío de Jerez en Manecorro. Este punto de Doñana, que sirve como puerta de salida del Parque Nacional, acogió a los peregrinos del cordón morado.
Los llegados desde Jerez en sus vehículos o en las diferentes excursiones organizadas se unían a aquellos que comenzaban su peregrinar en la mañana el sábado desde Sanlúcar de Barrameda. Además se unieron a esta celebración los hermanos del Rocío de Cádiz, que también acudían en este fin de semana a las plantas de la Blanca Paloma.
Con un embarque que estaba programado para las 8:30 de la mañana comenzaba el camino para unos jerezanos que hicieron noche en la zona conocida como ‘Palacio’. Una peregrinación, que en palabras de los propios rocieros se antojó “dura”. El tiempo acompañó a una Hermandad de Jerez que, si bien disfrutó de buenas temperaturas durante el día, sufrió el frío con la caída del sol.
Sobre las 13:00 horas se confluía en Manecorro para cerrar esta peregrinación extraordinaria que, tras la celebración de la eucaristía, llevaba a los rocieros jerezanos -encabezados por el banderín de camino- hasta el retablo de la Virgen del Rocío que ya espera que sus romeros vuelvan desde Jerez una vez más por Pentecostés.