“Memoria eterna”, nuevo proyecto musical de la Banda de la Cruz Roja

Con motivo del cincuentenario del fallecimiento del genial músico jerezano, Germán Álvarez Beigbeder (1882-1968), la Banda de Música de la Cruz Roja de Sevilla se encuentra trabajando en un nuevo proyecto musical centrado en su persona.

Para ello, esta formación musical llevará a cabo la edición de un nuevo trabajo discográfico donde se incluirá un selecto repertorio de marchas procesionales compuestas por este autor y que llevará por título “Memoria Eterna”, estando previsto que su estreno tenga lugar a finales del presente año.

Además, para homenajear su figura y dar a conocer su obra, la Banda de Música de la Cruz Roja ha incorporado a su repertorio varias de las marchas procesionales de D. Germán, que sonarán la próxima Semana Santa tras los palios de las cofradías a las que acompañan.

El proyecto estará dirigido por el director de la Banda José Ignacio Cansino González, que contará con el asesoramiento del profesor José Manuel Castroviejo López, uno de los máximos especialistas en dicha temática y autor del riguroso libro “De Bandas y Repertorios, la música procesional en Sevilla desde el siglo XIX” y con la colaboración de la Hermandad de San Roque de Sevilla.

Germán Álvarez Beigbeder

Germán Álvarez Beigbeder, militar jerezano, es quizás muy poco conocido fuera de Jerez, a pesar de su elevadísima categoría artística que han heredado alguno de sus hijos, como el célebre compositor Manuel Alejandro.

Beigbeder nació en Jerez en 1882 y falleció en la misma ciudad en 1968. La afición por la música le vino por vía materna, ya que su madre fue una aventajada pianista francesa. Se formó musicalmente en Madrid. En 1930 dejó el ejercito y fundó la Banda Municipal de Música de Jerez, dirigiéndola durante mas de veinte años. Fue nombrado Hijo Predilecto de Jerez.

En 1900 ya había compuesto su primera marcha procesional –Al Pie de la Cruz– y compondría mas de una quincena de marchas hasta 1963. Es, sin duda, uno de los mejores músicos que cultivó el estilo lento-fúnebre, aunque en su etapa final se observa la influencia sevillana de López Farfán. Estas marchas, casi en su totalidad, fueron dedicadas a imágenes jerezanas y es, por esta razón, por la que apenas se han exportado a otras localidades. No obstante, compuso en 1910 una marcha –Nuestra Señora del Rosario– dedicada a la patrona de Cádiz. En 1939 compondría un “Stabat Mater” que llegaría a interpretarse en la Catedral de Sevilla, sumándose al que ya existía de Hilarión Eslava.

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