Dedicamos más tiempo a ir en contra de lo que tenemos enfrente que a defender a lo que tenemos al lado.
Nos hemos vuelto una sociedad “anti”. De qué se habla que yo me opongo, de qué se opina que yo estoy en contra…que tiemble la acera de enfrente que voy a por ella.
Bombardeamos una y otra vez la línea de flotación de los ideales de los demás con tal de intentar elevar a la máxima nuestro pensamiento hundiendo en el lodo el pensamiento de los demás.
Nos hemos vuelto una sociedad más anti que más avanti, nos hemos vuelto una sociedad que golpea más que lee. Nos hemos vuelto una sociedad con una perpetua goma de borrar en la mano deseando borrar sin leer.
Ponemos las velas en contra del viento con tal de que el que va al lado de nosotros en el barco no avance, sin saber que si él no avanza nosotros tampoco. Restamos más que sumamos.
Convencemos para que opinen en contra de algo sin preocuparnos por escuchar los motivos que le llevan a pensar eso. Más suciedad moderna que sociedad moderna.
Movemos cielo y tierra con tal de que le metan un gol en el último minuto al pensamiento que camina tranquilamente por la acera de enfrente, nos aburren los ideales de los demás…
¿Sabes una cosa? En esta sociedad sobran antis y faltan avantis, sobran “no tienes ni idea de eso” y faltan “pues a lo mejor tienes razón”, sobro yo y faltas tú.
Y es que, querido amigo, nosotros vamos caminando por la acera de enfrente de los que caminan por nuestra acera de enfrente, nosotros pensamos al contrario de los que piensan al contrario de nosotros…es decir; respeta y te respetaran.
¡VIVAN LA SOCIEDAD QUE RESPETA A LA ACERA DE ENFRENTE!