Las inclemencias meteorológicas no pudieron impedir que Jerez hiciera su tradicional peregrinación de noviembre a la aldea de El Rocío. Los peregrinos jerezanos se postraron ante las plantas de la Blanca Paloma un año más, en un fin de semana marcado por la intensa lluvia.
El sábado disfrutaron de un buen día en cuanto a lo meteorológico después de cruzar el río Guadalquivir a través de la playa de Bajo de Guía en Sanlúcar de Barrameda. La filial número 16 anduvo hasta Palacio, donde estaba programada la acampada para la noche del sábado. Una noche en la que se hizo protagonista la lluvia y que no se detuvo en toda la jornada del domingo. El segundo día fue más complicado para los peregrinos del cordón morado, que se vieron obligados a celebrar la Eucaristía en la Casa de Hermandad que la corporación tiene en la calle Almonte, en lugar de hacerlo en Manecorro -puerta de salida del Coto de Doñana- como es habitual.
El banderín de camino entró un año más por la puerta de la concha del Santuario de la Patrona de Almonte, que ya espera que el sábado de Romería de 2019, día en que se cumple el Centenario de la Coronación Canónica, vuelva a presentarse ante ella el Simpecado de Jerez de la Frontera.