Escribíamos hace unos días como llevamos semanas comprobando que las cofradías de nuestra ciudad están recibiendo un trato desigual en determinadas situaciones que, a nuestro juicio, son muy semejantes. Y, sinceramente, lo ocurrido anoche en la Plaza de la Asunción no puede dejar indiferente al colectivo cofrade de Jerez.
Lo ofensivo del asunto es que la celebración de esta velada está infringiendo de forma incuestionable las normas que desde el propio Consistorio imponen a los actos cultuales públicos de las hermandades y cofradías jerezanas.
Al parecer, disfrutar de la música de The Plumbers, Acetre o Aywa en la calle, sin ningún tipo de distancia social, en muchos casos sin mascarilla y superando los aforos permitidos, no supone ningún riesgo de contagio para la población.
Pero, cuidado, si se trata de un Rosario de la Aurora o un traslado o una procesión organizada por cualquier cofradía de Jerez, con un aforo controlado, cumpliendo fielmente con las directrices sanitarias impuestas por la Junta de Andalucía, el coronavirus puede llegar a infectar a todos los que se acerquen a venerar a sus sagrados titulares. Las cosas de los microbios…
A las pruebas me remito. El pasado domingo, la Hermandad del Soberano Poder no pudo llevar a cabo su tradicional Rosario de la Aurora por las calles de su feligresía porque el Ayuntamiento no lo autorizó. Sin embargo, el propio Consistorio permite a su socio de gobierno la celebración masiva de un espectáculo musical.
Esperemos que sí, porque de lo contrario estaremos ante otro flagrante caso de agravio comparativo que los cofrades no debemos permitir.