Huelga decir que no corren buenos tiempos para la sociedad en este 2020. La pandemia del coronavirus ha hecho añicos numerosos aspectos de esa normalidad que frecuentábamos, por ejemplo, hace nueve meses y el efecto dominó se ha sentido en diversos ámbitos.
Las consecuencias se han multiplicado tras las restricciones impuestas sobre una cotidianidad que en el ámbito cofrade se mantiene gracias a la solidaridad y a diferentes convocatorias cultuales repletas de medidas de seguridad; normas que, sin embargo, han propiciado la suspensión de la brevemente recuperada actividad de las formaciones musicales de nuestra ciudad, salvo la de la banda municipal, que sigue celebrando sus conciertos cada domingo en la Plaza del Banco.
En cualquier caso, los miembros de los diferentes colectivos responsables de la melodía procesional jerezana se suman a la conmemoración de la festividad de su patrona, Santa Cecilia de Roma, con las vistas puestas en regresar a la rutina de las partituras, ese hábito hecho pasión que es sinónimo de familiaridad y emociones.
Por ende, hoy resuena en muchos hogares la armonía de una nostalgia que tiene varios nombres propios y que anhela, como poco, el retorno a los ensayos de ‘San Juan’, ‘Santa Marta’, ‘La Sentencia’, ‘La Clemencia’, ‘Sonos Angeli’, ‘San Pedro Nolasco’ y ‘Kyrie Eleison’.