Al parecer, la Hermandad del Nazareno emitió ayer un comunicado -no apareció ni en la web oficial, ni en la página de Facebook ni en el perfil de Twitter en toda la jornada dominical- en el que la junta de gobierno que preside Froilán Solís acordaba elevar al Ayuntamiento de Jerez la propuesta de cambio de nombre a la plaza del Arroyo y, como homenaje póstumo a monseñor Juan del Río, fallecido este pasado jueves a causa del COVID-19, “rebautizar” dicho enclave con el nombre del segundo obispo de Asidonia-Jerez. Para ello, la cofradía de San Juan de Letrán ha invitado a todos los jerezanos, colectivos e instituciones a que se adhieran a esta petición, especialmente a la Unión de Hermandades y a todas las cofradías de nuestra ciudad.
De ese comunicado “fantasma” se hicieron eco los compañeros de Diario de Jerez y sirvió para que la Hermandad de la Redención fuera la primera en anunciar públicamente su adhesión tras la reunión “urgente y extraordinaria” de su junta de gobierno. También sirvió para que un conocido historiador jerezano, en su perfil de Facebook, tildara de desafortunada esta iniciativa que, permítanme la expresión, se está llevando una “jartá” de reprobaciones en las redes sociales.
Desconozco si este proyecto tendrá el recorrido necesario para que el Ayuntamiento acepte el deseo de los cofrades de la Noche de Jesús, pero si finalmente es aprobado espero que los intelectuales de la nomenclatura urbana no realicen juegos de palabras como ya ha ocurrido con otras calles de nuestra ciudad -Pozo Dulce de Antonio Gallardo o Plaza Melgarejo de José Reganzón Cosme ”El Guardia”, por ejemplo-.
Lo fácil para estos “filósofos de las calles” suele ser la combinación del nombre actual con el propuesto. En el caso que nos ocupa ruego que no la denominen Plaza Arroyo del Río, porque entonces correremos el peligro de que dicho enclave se convierta en el lugar donde los ecuatorianos puedan homenajear al que fuera presidente de la República del Ecuador a principios de los años 40 del pasado siglo…