Aunque ayer fuera domingo de laetare, hubo un sacerdote, el actual párroco de la de Nuestra Señora de Fátima para más señas, que acabó muy enfadado -eso dejó entrever en su perfil de Facebook- por la vestimenta de la dolorosa titular de la Hermandad del Amor.
Como sabrán, en la jornada del cuarto domingo de Cuaresma, muchas imágenes titulares de las distintas hermandades y cofradías de nuestra ciudad fueron expuestas en lo que ahora conocemos como ceremonias de veneración, lo que hasta el pasado año eran los tradicionales besapiés y besamanos.
Pues bien, resulta que a este cura no le gustó en absoluto el atuendo con el que la bellísima imagen de Nuestra Señora de los Remedios permaneció ayer expuesta en la sede canónica de la cofradía del Martes Santo, espetando en la referida red social que “esto es lo que no se puede permitir en Jerez. La Virgen de los Remedios no es una muñeca. No sé si estoy más dolido que enfadado. Qué vergüenza”.
Al parecer, los siete puñales clavados en el corazón -elemento de la iconografía mariana muy presente en la Semana Santa- que representan los siete dolores de la Virgen María no son del agrado del párroco en cuestión, como tampoco parece que lo es el rostrillo de plata que lucía la dolorosa atribuida en su día a Luisa Roldán y más recientemente al círculo de Francisco Camacho de Mendoza.
Evidentemente, sobre estos asuntos todos tenemos derecho a expresar nuestro gustos, pero siempre con moderación, elegancia y prudencia, más aún si el que lo manifiesta públicamente es un sacerdote, ya que por sus palabras se podría llegar a pensar que el enemigo está dentro…