El obispo de Asidonia-Jerez, José Rico Pavés, tiene ya vía libre para iniciar la apertura de la causa de canonización del hermano Adrián del Cerro, de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, toda vez que la Asamblea de los Obispos del Sur de España haya dado su visto bueno a esta iniciativa.
El recordado hermano Adrián falleció “en fama de santidad” el 8 de agosto de 2015 a los 92 años de edad.
Nacido en Retamoso de la Jara (Toledo), pasó casi toda su vida de religioso en el Hospital San Juan Grande, de Jerez, como santero y también contribuyendo a su mantenimiento y al sustento de numerosas personas desfavorecidas.
Cursó la primera enseñanza en una escuela unitaria que había en su pueblo atendida por un solo maestro. Después de realizar en Madrid el servicio militar, en 1950 ingresó en el noviciado de la Orden de San Juan de Dios en Ciempozuelos (Madrid).
Fue en 1952, en una ceremonia solemne celebrada en la iglesia del propio hospital de Ciempozuelos, cuando hizo sus votos temporales de pobreza, obediencia, castidad y hospitalidad. Ya como fraile, el prior le comunicó que iba a ser enviado a su nuevo destino, concretamente al Sanatorio de Santa Rosalía de Jerez. Cinco años pasó en la ciudad cuidando a los niños enfermos del Sanatorio y ayudando al hermano Domingo a recaudar fondos y víveres para el sostenimiento del centro.
En 1957 fue trasladado a la clínica de Nuestra Señora de la Paz en Madrid, un año después a Ciempozuelos y ya en 1962 regresó a Jerez, donde desarrollaría una notable labor social desde su reincorporación al Sanatorio de Santa Rosalía, procurando sin ir más lejos que nunca faltaran los recursos necesarios para atender a los niños víctimas de la poliomielitis y la tuberculosis.
Además era habitual su presencia en la calle como limosnero, solicitando ayuda económica para atender todo tipo de necesidades.
Santo, Santo, Santo. Tuve el alto honor de conocerlo y tratarlo con frecuencia. Se lo merece todo