Las cofradías del Domingo de Ramos jerezano no pudieron hacer estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral. Era más que previsible lo que podía suceder y, aunque Pasión soñó con llegar al centro, nada se pudo hacer.
Las previsiones eran claras desde hacía horas y lamentablemente se cumplieron. No obstante, la Hermandad de Pasión decidía echarse a la calle con más corazón que cabeza, reacción casi lógica en quienes tienen que decidir. En su piel hay que ponerse. A veces la razón no es suficiente contrapeso. Pudiera parecer que la veteranía tendería nivelar esa pelea interna de quienes deciden, pero bien es sabido que decisiones como las de Pasión se han tomado en casi la totalidad de las cofradías jerezanas. Quien esté libre de pecado…
Y es que, mientras en el extrarradio comenzaban a caminar los primeros nazarenos de la Semana Santa, en el centro de Jerez el pesimismo era patente. Pronto caía el primer jarro de agua fría: La Borriquita decidía no salir. La cofradía lasaliana determinó cancelar su estación de penitencia en la Catedral y la Virgen de la Estrella tendrá que esperar para procesionar en Semana Santa como dolorosa coronada. Mientras, en La Albarizuela la Hermandad de la Coronación tampoco titubeó: las vueltas negras no desfilarían por las calles de Jerez.
Llegaba el turno de El Perdón que, pese a ponerse en la calle, pronto decidía volverse. Era lógico, a pocos minutos de iniciar su marcha comenzaba a apretar la lluvia en el entorno de la Ermita de Guía. Media vuelta; el Domingo de Ramos empezaba a tomar tintes que, por más que fueron anunciados, estaban tornándose dramáticos.
La esperanza ciega la ponía la Hermandad del Transporte que, en un intento de agotar todas las posibilidades antes que cancelar su salida, solicitaba atrasarla una hora. Había que esperar, pero en el fondo era posponer una decisión que estaba tomada en la Basílica de la Merced.
Porque, mientras tanto, Pasión decidía volverse en la rotonda del Parque Atlántico. Comenzaban a arreciar la lluvia. Lluvia de barro, ciertamente. Buena cuenta de ello darán las prendas de los asistentes al discurrir de la cofradía del Pago de San José. La corporación que dirige David Dormido protegía al Señor de Pasión con un capote, así como a San Pedro, y de vuelta a casa. En su discurrir hacia Santa Ángela, El Transporte daba la noticia más evidente.
Quedaba una: Las Angustias. Ninguna vacilación: el Domingo de Ramos se quedaba sin ver a la dolorosa del XVI con el Cristo yacente de Chaveli en sus brazos. Y esta decisión sucedía a la vez que los cofrades de Pasión cerraban las puertas del Centro Parroquial ‘Santa Ángela de la Cruz’ con el que se daba carpetazo definitivo a una primera jornada en la que se cumplió el peor de los presagios.
