¿Se imaginan ustedes que el 31 de mayo de 2014, en la sevillana Plaza de España, un sacerdote hubiera mandado parar el paso de la Esperanza Macarena porque la Banda de Música interpretaba “Suspiros de España”?
¿Se imaginan ustedes que el 15 de octubre de 2016, en el jerezanísimo Angostillo de Santiago, un sacerdote hubiera mandado parar el paso del Desamparo porque la Banda de Música interpretaba “Suspiros de España?
¿Imaginan ustedes que hubiera pasado?
Imagino que tanto el fiscal del paso de palio de la Esperanza Macarena como el del Desamparo habrían “convencido” al sacerdote. Es lo que yo imagino…
Sin embargo, ayer viernes -será por eso de que a la tercera va la vencida- cuando el paso de palio de María Santísima de la Amargura transitaba por la Alameda Vieja y la Banda de Música “Julián Cerdán” de Sanlúcar de Barrameda interpretaba “Suspiros de España”, el párroco de la de San Miguel instó a que el paso de palio arriara.
Y como estamos en Jerez, el paso arrió y no pasó nada. Aquí nunca pasa nada.
Simplemente, que un sacerdote, que ni es el director espiritual de la cofradía ni el ordinario del lugar, rompió la magia del momento y esta marcha de paseo (paso-doble) –estrenada en la plaza de San Sebastián de Cartagena en la Solemnidad del Corpus Christi de 1902 por la Banda de Música del 3er. Regimiento de Infantería de Marina– dejó de sonar.
Se rompió, como digo, la magia del momento. Menos mal que por Fortún de Torres paseaba la Madre de Dios. Ya lo dice la letra: “Quiso Dios, con su poder, / fundir cuatro rayitos de sol / y hacer con ellos una mujer”.
