Ondas hertzianas

Monday, ole ahí. Digo monday para que vea Trump que en los Jereles manejamos bien el inglis pitinglis y que si quiere muros que se lleve uno que tenemos aquí cerquita y que lo llaman “peaje”… he dicho peaje y se me acaba de acercar uno de Abertis con el datafono para cobrarme 7,20 €.

Déjame que te cuente una pamplina que me pasó hace justo one week (que se note que no tengo el B1 por que la Precuaresma me roba mucho tiempo). Te cuento; andaba yo teniendo una conversación de tú a tú con mi copa de amontillao cuando me suena el móvil y :

  ¿Avanti?
–  Depende, ¿es para pagar o para cobrar?
– Lo llamamos para que venga al programa de radio La Levantá a hablarnos de sus pamplinas.
– “Pamplinas luego existo”… eso está hecho maestro, que de pamplinas voy sobrado.

Cuelgo y acto seguido miro con cara transcendental a mi copa y sin tapujos me suelta la joía : “He escuchado la conversación Joselito. Qué pena, qué pena… con la de años que tiene la radio y te la vas a cargar en una tarde”. Y mi copa me hizo pensar:

Si el cofrade tiene una amistad verdadera, pero de verdadera verdadera, esa es la RADIO. No hay mayor compañera de bulla en los días nublados que una emisora de radio; tú y tu pinganillo esperando esa bendita palabra: “SALE“.

La radio tiene el encanto del primer amor, escuchar esa voz que te acaricia y que te cuenta la vida, ese amor que te da el primer beso de la mañana y te desea un feliz día… ¡A que sí compañera!, ¿a que los amores aparecen por sorpresa?, como esos invitados de lujo que aparecen como caídos del cielo en el programa de radio que es nuestra vida.

La vida entera cambia cuando el off  pasa al on, pasamos de estar a sentir, la Cuaresma -y por supuesto la Precuaresma- sería menos Cuaresma si no tuviéramos la compañía de esos programas de radio que llegan allá donde un cofrade se quiera sentir más cerca de su pueblo.

No se si será verdad pero una vez me dijeron que los programas de Semana Santa llegan hasta Sevilla Este…

Cuando escuchas una marcha de palio por la radio todo cambia, tu mente se pone el traje de chaqueta, perfuma de incienso el ambiente y coloca con su debido compás el sonido de las bambalinas para que esa marcha pase de “música” a “bendito recuerdo de lo vivido”.

¡Sonríe! Pasa tu imaginación del off al on y que nadie sea capaz de ponerte los pies en el suelo, que cada uno escriba su propio programa de radio y sea una onda dulce y melódica… Para así ser un invitado de lujo en el programa de radio que es la vida de los que nos rodean.

FELIZ LUNES. FELIZ SEMANA. FELIZ PRECUARESMA.

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