Fallece Benedicto XVI, el papa que se acercó a las cofradías jerezanas

Recibió a los hermanos mayores de La Clemencia y La Yedra y presidió el Vía Crucis de la JMJ de 2011, en el que participó el misterio de La Candelaria

Joseph Aloisius Ratzinger, papa emérito de la Iglesia Católica que adoptó el nombre de Benedicto XVI en el ejercicio de su ministerio, ha fallecido esta mañana en el Monasterio Mater Ecclesiae de la Ciudad del Vaticano a los 95 años de edad.

Nacido en Marktl (Alemania) el 16 de abril de 1927, estudió filosofía y teología de 1946 a 1951 en la Escuela Superior de Freising, en cuya catedral fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1951. Tras obtener el doctorado en 1953, ejerció como profesor en el citado instituto, así como en Bona -de 1959 a 1963-, en Muñiste -de 1963 a 1966- y en Tubinga -de 1966 a 1969-, donde pasó a ser catedrático de dogmática e historia del dogma en la Universidad de Ratisbona, de la que también fue vicerrector.

De 1962 a 1965 hizo notables aportaciones al Concilio Vaticano II como “experto” y en 1977 Pablo VI lo nombró Arzobispo de Múnich y Freising y cardenal con el título presbiteral de “Nuestra Señora de la Consolación en el Tiburtino”.

Juan Pablo II lo eligió Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Presidente de la Pontificia Comisión Bíblica, de la Comisión Teológica Internacional y lo elevó al Orden de los Obispos, asignándole la sede suburbicaria de Velletri-Segni. Asimismo, fue Presidente de la Comisión para la preparación del Catecismo de la Iglesia católica, que presentó a Su Santidad en 1992.

Asistió a tres conclaves y fue elegido como sucesor de Pedro el 19 de abril 2005, día en que comenzó un papado en el transcurso del cual publicó tres encíclicas y cuatro exhortaciones apostólicas, creó noventa cardenales, ofició cuarenta y cinco canonizaciones y viajó a veintitrés países.

El 11 de febrero de 2013 comunicó su renuncia al cargo, alegando «falta de fuerzas», mientras se desarrollaba el consistorio de santificación de los mártires de Otranto, decisión tras la que dedicó su vida a la oración y el retiro espiritual.

Su relación con las cofradías jerezanas

Pese a permanecer menos de ocho años en el solio petrino, hasta tres corporaciones jerezanas tuvieron la oportunidad de acercarse de un modo u otro a Benedicto XVI.

La primera en hacerlo fue La Candelaria, cuyo paso de misterio viajó a Madrid para integrar el Vía Crucis de la Jornada Mundial de la Juventud de 2011, presidido por el Santo Padre, quien en agosto de 2012 recibió en audiencia al por entonces hermano mayor de La Clemencia, Ángel Heredia Barea.

Durante esta visita, el máximo dirigente de la del Martes Santo le regaló una cruz pectoral y una estampa de María Stma. de la Salud y Esperanza, obsequios que fueron correspondidos por parte del Pastor, que le entregó como recuerdo un solideo y un rosario bendecido por él mismo.

Sin embargo, no sería el último encuentro del Sumo Pontífice con un cofrade de nuestra ciudad, pues en febrero de 2013, más de cuarenta miembros La Yedra llevaron a cabo una peregrinación a Roma -con motivo de los actos previos a la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Esperanza– en la que Ildefonso Roldán, que en esa época estaba al frente de la de La Plazuela, conversó en el estrado del Aula Pablo VI con Ratzinger, quien precisamente cinco días más tarde haría pública su abdicación.

No obstante, antes de que eso ocurriera, Roldán y José Antonio Jorge pasaron por los micrófonos del programaEl Sanedrín’ de JerezPenitente.es y rememoraron lo que dio de sí este especial desplazamiento a la Santa Sede:

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