El Martes Santo alcanza su pleno apogeo coincidiendo con su centenario

La jornada amaneció nubosa, pero finalmente disfrutó de una agradable meteorología que no puso en riesgo las salidas procesionales

La Semana Santa vive en un estado de permanente evolución, donde todo es susceptible de ser modificado. Año tras año asistimos a cambios que a priori resultan inverosímiles pero que a la postre terminan consolidándose.

La Hermandad del Desconsuelo procesionó en la madrugada del Viernes Santo -o más en la amanecida- hasta 1922 y justo hace ahora cien años se le ocurrió adelantar su salida a un martes  que, como el lunes, carecía de cualquier presencia cofradiera en la calle.

Un siglo después vemos con absoluta normalidad lo que entonces debió considerarse un extraño experimento.

El Martes Santo celebró este año su primer centenario con hasta siete hermandades haciendo estación de penitencia en la Catedral, algo nunca visto hasta ahora dado que el año pasado la incertidumbre meteorológica dejó a La Defensión en Capuchinos y la lluvia impidió que algunas cofradías llegaran al primer templo diocesano.

Puede darse la circunstancia de que lo vivido este año no se repita el que viene, ya que no se descarta que algunas de las hermandades recientemente incorporadas cambien de jornada procesional. Ya saben, el estado de permanente evolución de la Semana Santa…

Este ya centenario martes cofradiero madruga. A las tres de la tarde ya tiene en la calle a su primera cruz de guía, la que precede al cortejo de la Hermandad de Bondad y Misericordia, que de manera provisional procesiona desde el Santuario de María Auxiliadora a la espera de poder construir casa propia junto a la parroquia de San Juan de Dios.

Por eso, en lugar de poner rumbo al centro, estos nazarenos de antifaz granate y túnica de color tierra buscan el reencuentro con El Calvario y Juan XXIII.

Acaban de cumplirse diez años de la bendición del Señor de Bondad y Misericordia, al que encontramos en la delantera del canasto en disposición de lavar los pies de sus apóstoles en el momento de la última cena.

Eduardo Salazar se estrenó como capataz de este paso de misterio, al que restan todavía infinidad de detalles de talla e imaginería. No es novedad la presencia tras el conjunto de la Agrupación Musical San Juan, que acompañaba a esta cofradía cuando procesionaba el Jueves de Pasión desde la iglesia de la Victoria.

A muy pocos metros de allí y con un intervalo de apenas un cuarto de hora se abren las puertas de la parroquia del Perpetuo Socorro, en la barriada de Las Torres, para dar salida a la Hermandad de la Salvación, que es otra de las recientemente incorporadas al Martes Santo.

En este caso, a la novedad de la finalización de los trabajos de talla del frontal de la canastilla -cartelas e imaginería incluidas- se sumó el estreno de la Agrupación Musical Polillas de Cádiz, que a pesar de su veteranía y buen hacer no ha venido siendo habitual en la Semana Santa jerezana.

Estamos ante un paso de los que llaman poderosamente la atención por la presencia de un nutrido grupo escultórico tras el Señor de la Salvación en el que se representa el momento posterior a la sentencia, justo ese en el que Cristo pone rumbo al monte calvario. Jaime Racero es el capataz de este paso, junto al que peregrinan numerosos vecinos del barrio.

Bondad y Misericordia y La Salvación dejan en sus templos a sus titulares marianas a la espera de que en un futuro más o menos próximo puedan incorporarse a sus respectivos cortejos.

Hace ya algunos años logró este objetivo la Hermandad de la Clemencia, que pasea bajo palio a María Santísima de Salud y Esperanza.

A las tres y media de la tarde iniciaron su recorrido desde el polígono de San Benito estos blancos nazarenos, ahora ya con escapularios de terciopelo burdeos que le confieren una imagen más elegante si cabe.

Y es que La Clemencia es una cofradía de barrio que gusta de hacer las cosas con toda la exquisitez que le resulta posible. Se nota en el trabajo costalero de las cuadrillas que manda Eduardo Biedma, en los exornos florales y en la presentación de sus imágenes.

La banda de la propia hermandad acompañó al paso de misterio, mientras que en el palio se estrenó la Banda de Música de Gerena.

Prácticamente a la misma hora inicia su recorrido la Hermandad de la Salud de San Rafael, que en esta ocasión ha presentado como principal novedad la presencia de un soldado romano junto al Señor.

Se trata de la primera imagen del grupo escultórico que fue abocetado por Fernando Aguado, que trabaja también en la hechura de la dolorosa de la cofradía de Federico Mayo.

El canasto sigue sumando trabajos de talla que lo van enriqueciendo. Sin prisa, pero sin pausa.

Ildefonso Oñate es el capataz de un conjunto que cuenta con el acompañamiento de la Agrupación Musical de la Sentencia y que ofrece una de sus mejores estampas subiendo la cuesta de la Hoyanca camino de la ermita de San Telmo.

Bondad y Misericordia, Salvación, Clemencia y Salud de San Rafael son las cuatro cofradías que en estos últimos años han engrandecido este ya centenario Martes Santo.

La nostalgia inherente a la Semana Santa obliga a evocar aquella otra jornada procesional en la que únicamente salían a la calle tres hermandades, que son precisamente las que ahora la cierran.

A las cinco y cuarto de la tarde no se cabe en la plaza de San Mateo. Si en los cuatro escenarios anteriores todavía queda abierto un resquicio a la sorpresa, aún es posible descubrir cosas nuevas, en este se asiste a la reedición de una serie de ritos que se repiten sistemáticamente desde hace ya varias décadas.

Publicidad
Total
0
Comparte
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Noticia anterior

Feliz reencuentro con un Lunes Santo pleno

Próxima noticia

Así vivió Jerez el Miércoles Santo