La vorágine informativa sigue centrando gran parte de su atención en la Unión de Hermandades y en los últimos capítulos del proceso “interrumptus” de renovación de la carrera oficial.
Un periplo que, en este postrero episodio, no ha cumplido ni un mes, pero que ha abarcado dos plenos extraordinarios, una débil victoria, una impugnación y una consulta al obispo, que a la postre ha derivado en el aplazamiento de la modificación del recorrido común de las cofradías.
No obstante, en este guión no exento de polémica falta algo, pues a lo anterior hay que añadir un intento de apertura de expediente sancionador a Andrés Cañadas Salguero -hermano mayor de la Sacramental de Santiago- por parte de un consejo que, sin embargo, se ha dado de bruces con la normativa.
En efecto, a raíz del recurso de primera instancia presentado en la Delegación Diocesana de Hermandades y Cofradías por ocho corporaciones en contra de las asambleas donde se debatieron y votaron las diferentes opciones para la futura carrera oficial -rechazado en lo respectivo a los acuerdos adoptados-, se ha constatado que la reprobación de este máximo dirigente, que tuvo lugar en el pleno del 26 de julio, no tiene validez alguna.
De hecho, según el decreto emitido por José Joaquín Perea Montilla, responsable del estamento dependiente del obispado, para dar inicio a un pleito de este tipo es preciso que se comunique con anterioridad a los hermanos mayores a fin de que consideren si procede, circunstancia que no se cumplió en este caso y según la cual queda sin efecto este litigio.