Terminó la Semana Santa. ¿Y ahora qué?

Sería buen momento para dejar claro el devenir de nuestras hermandades y cofradías en los próximos meses

Finalizaba ayer la Semana Santa -la litúrgica, porque la cofrade nos la arrebató el puñetero coronavirus- y, en circunstancias normales, estaríamos ya teñidos de nostalgia, amparados en tertulias de balance, en los polémicos conteos de nazarenos, en visualizar vídeos y fotografías y en escuchar las grabaciones de los mejores momentos de la semana -que suponíamos- más bonita del año. Pero no, durante estos días de júbilo de la pascua florida tendremos que, al igual que hicimos la pasada semana, bucear en los archivos de la añoranza para saciar las ganas de ver cofradías en nuestras calles.

Sin embargo, ahora que esta zozobra “semanasantera” ha terminado, sería buen momento para dejar claro el devenir de nuestras hermandades y cofradías en los próximos meses. Aunque es indudable que en los tiempos que corren hay otras prioridades, y los cofrades no las dejamos de lado, no es menos cierto que es hora de abrir una ventana al futuro. Sobre todo, para que no nos pille por sorpresa el momento en el que tengamos que enfrentarnos a la normalidad.

Con el ciclo sacramental a la vuelta de la esquina, asuntos como la continuidad del Consejo Directivo de la Unión de Hermandades hasta agotar la legislatura o los procesos electorales en algunas cofradías de la ciudad, así como la dificultosa tarea de la devolución del dinero recaudado por el alquiler de palcos y sillas -no estaría de más que se ojearan el artículo 36.1 del Real Decreto Ley 11/2020, de 31 de marzodeberían tratarse aunque fuera en un pleno virtual por videoconferencia.

De hecho, ya hay ciudades que, a pesar del obligado confinamiento, están trabajando con las miras puestas en lo venidero. Es el caso de Toledo, cuya archidiócesis celebrará -así lo anunció ayer Monseñor Francisco Cerro- una Exaltatio Santae Crucis durante los días 11, 12 y 13 de septiembre con la participación de los pasos que realizan sus salidas procesionales en Semana Santa. El primer día, viernes 11, sería una jornada de oración; el segundo día, sábado 12, sería un día procesional siguiendo el esquema de los Misterios Dolorosos del Santo Rosario; el tercer día, domingo 13, tendría lugar una “gran celebración gozosa” y de acción de gracias con la Santa Misa, concluyendo con la procesión de regreso a las respectivas sedes canónicas.

No sería descabellado, por tanto, que nuestros dirigentes comenzaran a trabajar en este tipo de jornadas para que nuestras corporaciones y sus integrantes vean algo de luz al final del túnel.

Total
0
Comparte
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Noticia anterior

La moraleja

Próxima noticia

Hoy se cumplen 25 años de una "Madrugá" histórica