Aunque la noticia llegaba desde tierras pucelanas, los nostálgicos del Sábado Santo en Jerez vieron ayer un halo de esperanza en las palabras del obispo auxiliar de Valladolid, Luis Argüello, sobre la jornada en la que se cierra el Triduo Pascual.
Según Argüello, el Sábado Santo «es un día sobrio en lo litúrgico y la Iglesia mira a María. En nuestra Semana Santa hay muchas vírgenes. Quiero tomar la iniciativa de propiciar este diálogo. Hay que hacer una propuesta sobria que conjugue tres aspectos este día: la sobriedad del momento, que lo que hagamos no contraprograme las Vigilias Pascuales, y buscar un carácter mariano«. Podría ser una procesión de mañana o primera hora de la tarde. «Cabrían el Sepulcro, el Yacente del Santo Entierro. No crucificados, y sí una alusión a la Virgen, incluso realizando el acto de la Vera Cruz. Estoy abierto a dialogar esto«.
Estas declaraciones, que corrieron como la pólvora por las redes sociales y las aplicaciones de mensajería, prolongaron el debate existente en Jerez sobre la necesidad de un Sábado Santo con cofradías. La tardía hora -alrededor de las cuatro de la madrugada- en la que volvió a recogerse la Hermandad del Santo Entierro tras realizar su estación penitencial en la jornada del Viernes Santo y la «obligación» de la Hermandad de la Sagrada Mortaja de encontrar una jornada en la que procesionar son las razones que se esgrimen para poder iniciar un nuevo diálogo entre las cofradías y el Obispado.