La vida entera

Lunes, ¡ole ahí!

¿Qué por qué ole? Por una razón muy sencilla: hoy vuelven los hospitales a dar altas, hoy vuelven los trabajos, hoy vuelven las abuelas a recoger a los nietos, hoy vuelven los pucheros a la mesas, hoy volvemos a tener la suerte de -si queremos- volver a ser felices… ¿te parecen pocos motivos? Pues eso, ¡ole ahí el lunes!

Déjame que te cuente, si quieres y tienes tiempo, una pamplina que me pasó no hace más de una semana en un centro de esparcimiento físico-mental. Exacto, un bar –un zapato no es zapato hasta que no se ha manchado por los lados con serrín de un bar–. Pues eso, andaba yo con el codo apoyado en la barra, fusible fresquito en mano y mirada al infinito en plan Judy Garland cuando la revolea el tornado en “El Mago de Oz” mientras meditaba sobre un tema de vital importancia para la humanidad y su buen funcionamiento: los palios.

Primeramente me pongo serio, a todo lo que da la parte de cerebro que aún se resiste a claudicar y que me mantiene medio en alerta, cuando digo que queda totalmente contrastado que la humanidad es humanidad desde el día que salió a la calle el primer palio. Lo de antes había sido pasar el tiempo sin pena ni gloria, pero desde que el personal vio su primer palio en la calle empezó a comprender que eso sí era ya humanidad y que había merecido la pena la evolución de mono a hombre, de “Homo Erectus” a “Homo Palius”.

¿O me vas a decir tú ahora que la Tierra se mueve alrededor del sol? Eso es una trola que nos han querido meter, porque en verdad la Tierra se ha movido, se mueve y se moverá siempre alrededor de un palio… el sol es una cosita que pusieron ahí única y exclusivamente para que saliera el azahar y para que nos entrara más ganas de pedir otra ronda de fino… ¿la luna? La luna es una excusa barata para que queden más bonitas las fotos que le hagamos a los palios de noche en Semana Santa, no tiene otra finalidad.

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Otra trola es lo de la mal llamada “Teoría de la relatividad”… ¿que en esta vida todo es relativo? De eso nada señores, esa teoría debería llamarse “Teoría de la casi relatividad” porque hay algo en esta vida que de relativo no tiene absolutamente nada; y es un palio de vuelta. Un palio de vuelta es lo más bonito que te puedes encontrar en el mundo, sin relatividades ni leches migás. Convencido estoy también de que la gravedad se hizo solo y exclusivamente para que las bambalinas caigan todas por igual.

¡Ay, un palio de vuelta! Detrás de un palio de vuelta cabe la vida entera. Cabe un reencuentro, cabe un adiós, cabe el silencio, caben todas las notas musicales, caben todos los premios Nobel de literatura, cabe la pena de lo que se fue, cabe la alegría de lo que está por llegar, caben todas las plegarias, caben todas las “gracias”, caben todas las ilusiones de lo vivido, caben todos los recuerdos, caben todos los perdones, caben todas las caricias que nos daban cuando apenas entendíamos en que consistía la vida. Ahora bien, detrás de un palio de vuelta no caben dudas, no caben rencores, ni egoísmos, ni malos entendidos, ni reproches… que los palios de vuelta se hicieron única y exclusivamente para que nos demos cuenta de la suerte que tenemos por vivir, donde vivimos y con quiénes vivimos.

Por cierto, detrás de un palio cabe hasta un ramillete de globos con los personajes más cofrades que la historia nos ha dado: Bob Esponja, Patricio, Dora la Exploradora (que hay que ver lo jartible que es esa niña) y este año me imagino que aparecerán los cofrades del año. Exacto, la Patrulla Canina (por cierto  hay que ser muy cofrade y tener arte por los cuatro costados para hacer una patrulla homenajeando a la Canina).

Soy de las personas que piensa que los globos son una excusa para que los niños vayan aprendiendo que es ahí donde tienen que mirar. A Ella, siempre a Ella, y que vayan aprendiendo esa bendita lección que nos dan los palios cuando vamos detrás: que en esta vida pase lo que pase hay que mirar hacía delante… y cuando el tiempo nos borre de la memoria todo siempre nos quedará la eterna tranquilidad de saber que estamos detrás en un eterno palio de vuelta.

Qué suerte ver un palio de vuelta. No hay mayor metáfora de la vida: la Virgen se va y tú, si quieres, la acompañas un poco para que no se sienta sola… ¿o es al revés? Seguro que es al revés. Es Ella la que nos acompaña el tiempo que queramos y justo en ese preciso momento en el que le vamos a decir “adiós” siempre nos saldrá esa frase del alma “una chicotá más y ya me voy”. Y es que en realidad nunca nos llegamos a ir del todo de detrás de un palio. Imposible decirle adiós a la que nos sirve de guía… que hay veces que hasta parece que se fuera a girar para decirnos “qué alegría volver a verte”.

FELIZ LUNES. FELIZ SEMANA. FELIZ PRECUARESMA.

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