Lunes. Hay Lunes Santos, Lunes de Pentecostés, Lunes de Pascua y desde que los niños terminaron el colegio el de hoy es un lunes especial al que yo lo llamo “Primer Lunes de darte cuenta de que se escribe conciliación familiar y se lee o vienen los abuelos a por los niños o lo llevamos claro”.
Déjame que te cuente una pamplina que me pasó hace menos de 24 horas. Andaba yo con el “meyba” puesto y el codo apoyado en ese oasis bendito que es el chiringuito (sí, rima y todo). Pues eso que mientras esperaba que me pusieran un fusible frequito escucho decir a mi pareja de barra: “Vaya cuadro de vida que tiene ese”
Ole ahí, “cuadro de vida”, que verdad más grande es esa de que nuestra vida es un cuadro que día a día vamos dando forma.
A diario vamos dando pinceladas en ese cuadro que al final será nuestra vida. Días donde las pinceladas son claras, otros donde hay más colores oscuros y otros donde sencillamente decidimos ni coger el pincel…que mejor es dejarlo quieto a gastar 25 litros de aguarrás para limpiarlo.
Pinceladas diarias. De trabajo, de lucha, de amor, de espera. Pinceladas de paciencia, de resignación, pinceladas rectas, pinceladas torcidas…menos mal que éstas últimas se pueden repintar encima, ventajas que tiene saber que uno no es perfecto.
A veces pintamos lo que nuestro codo nos dicta…pero jamás pintamos en nuestro cuadro por obligación: nuestro cuadro es una pequeña patria donde el indicativo ni está ni se le espera.
Miras el cuadro de algunos y dices “faltan azules y sobran negros” (cuando digo negros no me refiero al del “guasap”), otros cuadros sin embargo son del tipo “ni él se cree lo que ha pintado aquí”…y el de mi “cuñao” que se le ha olvidado ya un par de veces en la barra de un bar.
Hay personas que se llevan toda la vida buscando marcos bonitos para embellecer sus vacíos cuadros…sin saber que el marco es lo de menos: sobran mentiras y faltan trazos con el corazón que son los que de verdad se valoran.
Cambiando de tema, que calor más grande hace cohones, que calor más grande.
¡SONRÍE! Pinta, repinta y vuelve a pintar tu cuadro. Da pinceladas porque sí, no copies, ten tu estilo. Mezcla todos los colores que quieras para que al final tu Vecino se sienta orgulloso de la mayor obra de arte que harás en tu vida…VIVIRLA.
¡VIVAN LAS PINCELADAS DE AMOR CARAMBA !