No me resisto. Es tanta la vergüenza que sentimos algunos cofrades con lo que está pasando estos días en nuestras hermandades que me niego a creer que todo lo que se dice es verdad y que detrás no existe una historia más compleja y delicada que haga que estemos juzgando por apariencias. Y es que si no es así, no acabo de comprender tanta suma de despropósitos, que demostrarían hasta dónde llega el nivel de los actuantes.
– Despropósito 1: La junta del Prendimiento, en caliente, toma la decisión de cesar a un capataz un poco a las bravas y con disensiones internas.
– Despropósito 2: El capataz, me supongo que con muchos apoyos, en lugar de aceptar y dejar el cargo con normalidad, se convierte en mártir dando pie a todo tipo de comentarios.
– Despropósito 3: Desde la Delegación Diocesana, con vínculos familiares, no le dicen al capataz que se calle, acepte y se vaya de vacaciones a Guinea Ecuatorial, que se habla español.
– Despropósito 4: La junta del Prendimiento pide apoyo general al sentirse también martirizados y dando aún más carnaza para regodeo general.
– Despropósito 5: Alguien de la junta presenta un recurso y… se lo admiten, en lugar de decirle al recurrente que se vaya también a Guinea.
– Despropósito 6: Encima le dan la razón en lugar de guardar el recurso hasta la edad de jubilación del denunciante, con lo que de camino y así de paso y sin pensar, dejan sin efecto cientos, miles de acuerdos tomados en juntas de gobierno que no estaban en el orden del día.
– Despropósito 7: El que firma la resolución dice que no sabe nada y que no tiene ni idea de la historia.
– Despropósito 8: El párroco entra por medio y la lía aún más.
– Despropósito 9: La junta recibe la resolución y… ni dimite ni se va directamente a entregar las llaves.
– Despropósito 10: Se disparan los chismes, comentarios, dimes y diretes, cartas cobardes desde el anonimato, etc, y ya se involucran a personas hasta de partidos políticos por ser familia, y por no sé cuantas cosas más.
– Despropósito 11: ¡La repera! El tema llega al Obispo y… se involucra personalmente.
– Despropósito 12: El Obispo se reúne con miembros de la junta del Prendimiento y, según cuentan, les dice que o se quedan un tiempo con el capataz o elecciones. El colmo de los colmos.
– Despropósito 13: El Obispo cesa a la junta apoyado, por lo que dicen, en cuatro escritos de antiguos hermanos mayores para cumplir los requisitos de no sé que Canon, y entrega las llaves de la Hermandad… al párroco.
¡¡¡LA LOCURA FINAL!!!. A partir de ahora todos los acuerdos de junta, sean de quienes sean las competencias, quedan automáticamente supeditados a decisiones “superiores”.
– Despropósito 14: La junta se va diciendo que ellos son muy buenos y han hecho un montón de cosas… Nivel.
– Despropósito 15: El párroco ya comisario, y repitiendo lo que ya se hizo con un consejo directivo de la Unión de Hermandades en tiempos de D. Rafael, pide todas las llaves y cambia las cerraduras. Bien, muy bien, confianza y solidaridad eclesial.
¿He resumido bien esta vergüenza relatada en base a comentarios de prensa, charlas de café, whatsapps de gente seria, y todo lo que ustedes quieran?
¿De verdad se creen ustedes que nuestros dirigentes son tan torpes como para realizar tantas barbaridades juntas, meterse en líos tan inocente o malvadamente, hacer el ridículo y quedar en entredicho ante la sociedad si no existe algo más grave detrás?
¡Ah! Recuerdo, por si alguien lo ha olvidado, que estamos hablando ¡del cese de un capataz! Y no vayan a pensar que esto es una novela de Pérez Reverte o el relato de un asesinato en la tenebrosa oscuridad de una casa de Hermandad.
Por favor, que alguien dé explicaciones y acabe con esta historia de una vez. Esto está llegando a límites que no tienen marcha atrás. Nuestras hermandades y nuestra Iglesia no se merecen tanta vergüenza pública.