El movimiento #YoMeQuedoEnCasa surgido en el día de hoy es tan necesario como incompatible con la organización de la Semana Santa. Es una realidad, la pandemia no hace excepciones y las reuniones -más o menos grandes- de personas son un posible foco de infección. El coronavirus durará, al menos, dos meses. Es decir, la Semana Santa estará de por medio y los expertos sanitarios advierten que estamos entrando en la fase aguda, por lo que los casos empezarán a remitir una vez comience el mes de mayo.
Y lo cierto es que realmente las cofradías no pueden organizar la Semana Santa en este escenario. Primero, por responsabilidad. No es un capricho, es una necesidad. Hay que quedarse en casa y salir para lo estrictamente necesario (comida y medicinas). Ah, y muy importante, no saturar los servicios sanitarios.
[infobox maintitle=”900 400 061″ subtitle=”Línea de teléfono específica y gratuita del Servicio Andaluz de Salud para atender a las llamadas por el coronavirus” bg=”red” color=”black” opacity=”off” space=”30″ link=”no link”]Por eso, debemos ejercer nuestra responsabilidad y hacer lo que recomiendan las autoridades sanitarias. Hay que decir adiós a los cultos, a los ensayos (ya sean de costaleros o de bandas), a las reuniones de juntas de gobierno, a los montajes de los pasos, a los conciertos -como el celebrado hoy, que no debió producirse-, a los actos…
Se complica la celebración de la Semana Santa.