Vamos a ir recogiendo…

Lunes, eso estaba claro, y para empezar bien la semana me acaban de decir los señores de JerezCofrade.tv que ya está bien de tantas pamplinas hasta septiembre. Que qué me he creído yo de venir aquí todos los lunes, que el personal se merece descansar de mí… y la verdad no les falta razón.

Así que, si me lo permiten, voy recogiendo y barriendo mis pamplinas para meterlas donde no estorben mucho…espero no se me quede ninguna por enmedio.

Yo aprovecharé para volver a mi patria, esa que cada verano me regala la vida. No hay más patria que la niñez y la mía se quedó cogiendo coquinas y viendo como baja la marea…por cierto, la marea no baja por la Luna, que va, la marea baja única y exclusivamente para que mi abuela pueda pasear por la orilla de Mazagón.

La patria de volver a ir al espigón a pescar con mi padrino, un espigón que no es más que trozos de recuerdos apilados de la mejor manera posible…con amor.

Volveré a montarme en la canoa para darle la vuelta al mundo, a mí mundo, y aprovechar para, mientras nos besa el poniente, poder decirle a mi abuelo que lo quiero…y recordarle que siempre estaremos juntos, ¿no es ese el secreto de la vida eterna?

Volveré a ir a la playa por el día y a la Ría por la tarde. A mirar hacía arriba y ver en el balcón, el único balcón que me importa, a mi Tía Mari…la mejor sonrisa subrayada que ha dado Huelva.

Volveré a sentir la libertad que todos sentimos cuando las horas las marcan los besos de los que te rodean…el tiempo medido en la arena de ese reloj de arena que es nuestra familia.

Volveré a darle la mano a mi madre para que me lleve al kiosco y si me he portado bien me compre chucherías…no hay mayor victoria en la vida que sentir como tu madre te da la mano.

Jesús volverá a tener 8 años, Álvaro 4… y mi padre esa edad que hacía que un abrazo suyo hiciera sonreír al tiempo.

Volveré a mirar a Joselito y a Marta mientras me roban el alma y volveré a creer en que en esta vida todo tiene sentido.

En fin que me lío. Voy recogiendo mis pamplinas que no quiero que tropiecen con ninguna. Las recojo, paso la fregona y…¡Y NO ME VAYAN A PISAR AHORA QUE ESTÁ HUMEDO! Mejor dejo la fregona cruzada en la puerta y así no pasa nadie.

No dejen de sonreír y menos en verano… que siempre habrá alguien que sea feliz viendo como descorchamos sonrisas.

¡VIVA LA VIDA CARAMBA!

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