Los recientes acontecimientos en torno al pleno de hermanos mayores dejan a las claras una institución ciertamente débil, enfrentada y con visos de ruptura definitiva entre algunos de sus miembros. Una foto y una reunión -reprimenda incluída- no cambian los hechos. Hemos sido testigos de cruces de mensajes transmitidos en las redes sociales, chats privados y hasta comunicados con el seguimiento de numerosos dirigentes que no hacen más que dividir al máximo ente cofradiero. El obispo, Monseñor Mazuelos, ha ratificado a Dionisio Díaz y su Consejo justo después de haberse creado una de las crisis institucionales más destacables de los últimos años. Y esta se ha producido por los déficits que han demostrado tener los hermanos mayores.
Cualquier dirigente cofrade que represente a su hermandad en estas reuniones debería tener clara su misión y los valores comunes que deben compartir quienes ejercen estos cargos, pues se espera de ellos destrezas para solucionar problemas como los que afrontan las hermandades de Jerez a día de hoy. Sin embargo, la opacidad, la deslealtad y en ocasiones la indecencia se muestran en forma de los citados mensajes, que logran echar más gasolina a un fuego que debe extinguirse. Un fuego no provocado por los medios, como se ha afirmado en numerosas ocasiones. No fueron los medios los que sintieron “vergüenza como cristiano”, entre otras muchas cosas.
Se debe apartar, motu proprio, quien no considere desleal la desobediencia a la autoridad eclesiástica, el obispo Mazuelos, por muy alejadas que estén sus posturas. El derecho canónico le asiste y, de seguir tensando la cuerda, podríamos estar ante un desafío que traería consecuencias que recuerdan al siglo pasado. Por el momento, patada a seguir…
[su_button url=”https://www.jerezcofrade.tv/tag/editoriales/” target=”blank” background=”#000000″ size=”4″ center=”yes” icon=”icon: pencil”]EDITORIALES ANTERIORES[/su_button]