Desconocemos lo que ocurrirá, pero vemos muy complicado -por no decir imposible- que la fractura que existe actualmente en el seno de la Unión de Hermandades tenga solución. Después de la convocatoria -este pasado sábado- de pleno extraordinario fomentada principalmente por Manuel Muñoz Natera y Ángel Heredia Barea, máximos responsables de las hermandades de la Sagrada Cena y Clemencia, respectivamente, y solicitada por un incierto número de hermanos mayores -treinta y dos se anunciaban a las dos de la tarde- y tras el comunicado emitido en la jornada de ayer por diez cofradías de nuestra ciudad, se antoja tortuosa la cita de hoy en la sede de la Unión de Hermandades.
Ignoramos si dicho pleno será el último capítulo de una serie que parece dirigida por Bajo Ulloa, pero lo que si tenemos claro es que las hermandades de Jerez son las grandes damnificadas de una historia que comenzó allá por octubre del pasado año en los Museos de la Atalaya.
Quizás, la única salida pase, tal y como relataba ayer Dani Carretero en su perfil de Facebook, porque el báculo del obispo golpee esta noche la puerta de Curtidores…